lunes, 28 de febrero de 2011

Eduardo Galeano

Estamos en plena cultura del envase. El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios

La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. Por mucho que camine, nunca la alcanzaré. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso: sirve para caminar

En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol

La cibercomunidad naciente encuentra refugio en la realidad virtual, mientras las ciudades tienden a convertirse en inmensos desiertos llenos de gente, donde cada cual vela por su santo y está cada cual metido en su propia burbuja

Pobres contra pobres, como de costumbre: la pobreza es una manta demasiado corta, y cada cual tira para su lado

La puimera frase es muy cierta y desesperante,m omportan ma´s las apariencias que el fondo, así nos va, creemos que lo más adornado es lo mejor cuando no es cierto

Por eso es utopía porque es inalcanzable

La tercera parece cierta a raoz de lo que observamos

La cuarta es lo que estamos creando una sociedad comunicada por internet y sin comunicación real en la calle nada más alir de casa

La quinta muy cierta

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