Alimentos bajos en euros

La drástica caída del consumo ha obligado a las cadenas de supermercados a dar un giro a sus estrategias comerciales. Para frenar la sangría en las ventas, la política adoptada por la mayoría de los gestores del sector es llegar a acuerdos con los proveedores para conseguir abaratar los precios de los productos que exponen en sus estanterías. Rebajas que ya superan el 10 por ciento. En esta coyuntura, la gran beneficiada está siendo la marca del distribuidor, la denominada marca blanca. La cuota de estos productos, según apuntan responsables de los supermercados asturianos, se ha ido incrementando de forma sostenida durante los últimos meses. Su cuota en Asturias llega ya al 40 por ciento del carro de la compra. Analistas económicos aseguran que la alimentación es una de las menos castigadas por la crisis económica. Pero también están acusando la recesión. «En teoría, si una familia reduce sus comidas o cenas fuera de casa lo lógico es que los supermercados aumentáramos nuestras ventas, pero no está siendo así», asegura el director de una cadena de supermercados asturianos. De hecho, en sus presentaciones de resultados muchas de estas cadenas de distribución vienen anunciando durante los últimos días retrocesos en sus beneficios y, en algunos casos, caídas de facturación. Noelia Iglesias, responsable del departamento de relaciones exteriores de Mercadona en Asturias, afirma que «el objetivo ahora no es conseguir ganar más, sino vender más. Crecer en facturación aunque se reduzcan los beneficios». Los compradores se han vuelto mucho más cuidadosos con lo que gastan por la incertidumbre de la actual situación económica. En este escenario, la marca blanca gana adeptos. Ángelica Hurtado, directora de marketing de la cadena Alimerka, reconoce que la cuota de la marca del distribuidor «se ha incrementado durante los últimos meses». Responsables de los supermercados de la región admiten que las marcas blancas, en muchos establecimientos, llegan casi a igualar en ventas a las de los distribuidores. Y es que permiten al consumidor ahorrar entre un 20 y un 30 por ciento con respecto a las convencionales. Para crear una de estas marcas, el distribuidor consigue un volumen de ventas garantizado, lo que le permite ofrecer un precio más barato al supermercado. Además, las cadenas se encargan del empaquetado, normalmente con envases más económicos, con lo que consiguen reducir también los gastos. Con este proceso es bastante frecuente, según afirman los responsables de las cadenas comerciales, que en una misma estantería haya el mismo producto con dos envases diferentes, el del fabricante y el del supermercado. Según los datos de las primeras consultoras del sector, Nielsen y TNS Worldpanel, la cuota de las marcas del distribuidor ha pasado del 7,7 por ciento en 1991 al 30 por ciento en 2008. En total, estos productos movieron durante el pasado año 11.550 millones de euros. Estas mismas consultoras aseguran que en 2008 cada hogar español se gastó unos 652 euros en la marca del distribuidor. Mercadona y Carrefour han sido hasta ahora los grupos que han dado un vuelco más agresivo a sus estrategias de venta. El grupo valenciano Mercadona ha retirado de sus estanterías más de 800 marcas, tanto de la suya propia como de los proveedores. «Nuestra norma ahora es que el aquel producto que no tenga la rotación adecuada salga de los lineales», apunta Noelia Iglesias. Esta cadena quiere recortar costes de donde sea para poder bajar los precios. Un ejemplo: está reduciendo el grosor de los frascos champú de su marca blanca, con lo que consigue arañar algo en lo que tiene que pagar por el plástico. Al final, la compañía estima que sólo con esta medida se ahorra unos 250.000 euros al año. Los supermercados auguran un año difícil de ventas y alertan de que las rebajas de precios continuarán durante los próximos meses. Juan Roig, presidente de Mercadona, señalaba haciendo referencia a la teoría darwinista de la evolución durante la presentación de resultados del grupo que «esta crisis es la Tercera Guerra Mundial, pero sin balas; hemos pasado de la abundancia a la escasez y los que no se adapten, no sobrevivirán». Las previsiones de Roig pasan por rebajar los precios durante este año hasta en un 17 por ciento. La guerra de precios dejó hace unas semanas su primera víctima en el grupo valenciano: a Roig no le tembló el pulso a la hora de despedir a su número dos, Manuel de Juan, que se había manifestado en contra de la política de retirar productos de los lineales. La guerra de los precios se recrudece con el paso de las semanas. «En el mercado, lo importante ahora es no quedar rezagado», señala el director de un supermercado Eroski en Asturias. La gran cooperativa vasca también busca reducir precios. Lo hace, según explican fuentes de la cadena en la región, mediante descuentos que en algunos productos concretos pueden llegar hasta el 40 por ciento. Elena Donate, gerente de los supermercados asturianos Masymas, asegura que «ahora hay que agudizar la imaginación para conseguir captar clientes». La estrategia de esta cadena es la de «chequear a la competencia para bajar nuestros precios por debajo de los de ellos. Las ofertas que estamos lanzando ahora también son más agresivas que antes». La última ofensiva en la batalla de precios la lanzó esta semana pasada la francesa Carrefour. La cadena se ha marcado el objetivo de reducir un 25 por ciento sus precios en 9.000 de sus productos de alimentación y droguería. Luis Sordo, portavoz de la cadena francesa en Asturias, asegura que «este es el momento idóneo para bajar los precios». Desde que la crisis entró en la cesta de la compra, los carritos de tiñen de blanco. Los productos de marcas blancas llenan las bolsas de las familias, que hacen cuentas para llegar a fin de mes. Cristina Kopke y Baldomero Rodríguez -en la imagen- acudieron ayer al súper, en Oviedo, a buscar provisiones para el fin de semana. «Judías, un poco de carne, verdura y leche». Todo marcas blancas, «porque son de buena calidad y tienen buen precio, ahora se mira con lupa todo lo que se compra», explican estos ovetenses que optan por la marca blanca.

lne

Buen artículo sobre la adaptación de los supermercados a la crisis y es que tienen que ingeniárselas para tener ventas, están ahorrando hasta en el tipo de envase, por cierto ahí no lo dice pero los frascos de tomate de una marca muy conocida los venden de dos en dos, así se aseguran la venta de un segundo frasco que no compras en otro supermercado, esas marcas blancas que son más baratas ya estaba siendo adquiridas en gran medida así que se está incrementando su venta, son más baratas y en muchos casos no son perores en calidad, esta crisis va a acabar con tod@s, a ver sei remonta de una vez