el taxista no dio muestras de estar dolido

Mariti Pereira, Presidenta del Centro de Atención a víctimas de Agresiones Sexuales


Las víctimas se encuentran «sorprendidas» y atemorizadas por la noticia de LA NUEVA ESPAÑA. Y los taxistas piden que no se generalice asegurando que el ciudadano que fue condenado por violación ahora tiene una actitud «intachable». La reconversión en taxista de un gijonés de 47 años condenado por 19 violaciones ha levantado polémica. El conocido como violador de la Feve se mueve por las calles de la ciudad con un taxi desde hace un año. En el año 2001 salió de la cárcel después de cumplir 11 años de internamiento de una condena que se elevaba a los 139 años. Ante la Policía, el hoy chófer reconoció haber agredido sexualmente a más de ochenta mujeres. Mariti Pereira, presidenta del Centro de Atención a Víctimas de Agresiones Sexuales, trató en su día a diecinueve de las víctimas del violador de la FEVE, y asegura que «fue un caso impactante, de los mayores de España, y ahora nos sentimos muy impresionadas porque se ha creado un riesgo muy grande». «Además», añade, «somos conscientes de que en la cárcel no recibió tratamiento». Pereira recuerda al agresor como una persona «que no estaba arrepentida». En el acto del juicio el violador llegó a decir que era mucho más duro «lo que él había pasado en la cárcel que lo que había hecho a las mujeres que le denunciaban». Para la presidenta de esta asociación, la noticia de su reconversión en taxista fue terrorífica: «Hace mucho tiempo que no hablo con las víctimas, pero para ellas fue un gran trauma, tuvieron que estar en terapia mucho tiempo». Los casos eran imposibles de enumerar, pero algunos quedaron en la memoria: «Aún recuerdo que violó a una chica embarazada de seis meses». Mariti Pereira cree que no se debe alarmar a la población porque «no todos los taxistas son iguales», pero asegura que hay que tener «control» sobre lo que está pasando. En el otro lado de la balanza se sitúan los profesionales del taxi. El representante de la Federación Sindical del Taxi de Asturias, José Artemio Ardura, reconoce que la de taxista «no es la profesión más adecuada para el condenado», pero pide «calma» a la población. «La decisión de contratar a este ciudadano no se puede decir que sea mala, porque ya ha cumplido la pena que le correspondía, pero lo que sí es cierto es que es muy difícil detectar hasta qué punto está rehabilitado», añade. Xexús Lluis Valle, representante de la unión de autónomos Uniatrac, añade: «Es un asalariado del que no hemos tenido quejas, con una actitud intachable, pero no cabe duda que moralmente es algo reprobable lo que ha hecho». «Actualmente es sólo un asalariado», finaliza el representante. El modus operandi de este violador era siempre el mismo, según recuerda Pereira: «Se disfrazaba de Policía y les decía a las mujeres que estaba convencido de que tenían droga encima, que tenía datos de sus delitos, entonces las empezaba a tocar y luego consumaba la agresión». Sus víctimas, algunas de las cuales ya no viven en Gijón, tuvieron que someterse a terapias psicológicas que les ayudaran a superar el trauma que les había causado la violación.

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Aseguran que no se vió arrepentido, ahora tiene 47 años, aún tiene mucho tiempo teórico por delante, ha dicho que ha sufrido él más en la cárcel que las víctimas y eso es de una caradura de impresión, pero si fuiste tú quien atacó, todo lo que ha sucedido, lo sucedido a ellas y la cárcel posterior a tí fué culpa tuya, ellas nop hicieron nada luego solamente les toca el daño, tú te has parovecahdo, se hacía pasar por policía para atacarlas, decía que llevaban droga las cacheaba y violaba, no has cumplida, enla cárcel, nada, no te compares a eellas que ellas son víctimas de tí, mamón, hasta has vilado a una embarazada de seis meses, mira vuelve a donde nunca debiste de haber salido, por salido, sinvergüenza y mala persona, además en un taxi tienes mujeres y vehículo, eres un peligro potencial.