sábado, 3 de enero de 2009

¿Quién me devuelve el Valium?



JUAN JOSÉ MILLÁS Suena el móvil, lo cojo. Me llaman de Telefónica ofreciéndome algo que me gusta (un MODEM para el portátil) y digo que sí, que lo compro. La señorita me pide entonces todos los datos personales que ya tienen, pues soy cliente suyo, y yo se los doy dócilmente porque me he tomado un Valium con el desayuno y estoy ligeramente budista. Al cabo, me anuncia que va a iniciar el proceso de compra y yo le doy las gracias con una sonrisa oriental que ella, lógicamente, no capta. En cualquier caso, creo que percibe mi empatía como yo percibo la suya. Nos acabamos de conocer, pero hay entre los dos una corriente de aceptación, de cordialidad, de franqueza. Tras varios «no se retire, por favor», me anuncia que no se puede llevar a cabo la compra porque el programa le da «error». Llevamos veinte minutos al aparato y me han llamado dos veces del periódico para ver si envío el artículo. Preocupado por si estoy en una de esas listas negras que fabrican los bancos y los grandes almacenes, le pregunto por las causas del error y dice que ella no lo sabe, pero me remite a un número de teléfono donde me explicarán lo sucedido. Como no he perdido la paciencia budista, llamo al número que acaba de darme, donde me atiende otra señorita con la que también empatizo de inmediato. Lo doy todo por bien empleado si logro comprar el cacharro que me han ofrecido y que ahora, sin embargo, se resisten a venderme. La nueva señorita investiga en sus archivos y dice que no encuentra las causas del error, lo que me llena de orgullo. Soy un cliente como Dios manda. Restituido mi honor, se ofrece a realizar ella misma las diligencias de la compra. Tras volver a darle todos los datos que ya tiene, me comunica que comienza el trámite y que no me retire, por favor, aunque ella desaparezca. En realidad, vuelve cada veinte segundos para decirme que no me retire. Cuando llevamos 35 minutos en ese plan, le pregunto si el trámite durará cinco minutos o cinco horas más y me dice que no tiene ni idea. A los cuarenta minutos cuelgo y compruebo que además de no haberme vendido lo que me ofrecía, Telefónica me ha arrebatado la paz budista con la que comencé la mañana. ¿Me devolverán el Valium?



Una vez más genial Millás, espero que os gusten los buenísimos artículos de este genial escritor, ya que así pondré más.


Es cierto las telefónicas, están dale que te pego al negocio, encuanto a la empetía con las chicas es debido a la educación de Millás, yo conozco a dos una ya se fue, la otra est´´a desespearda de tener que aguantar la mala uva, y el genio que generan las prácticas de la empresa que les paga, le va a dar depresión.


El caso es que da error, no sabe por qué y encima no le han solucionado el tema, amén de colgarle por lo que cuenta, es que así tampoco sse hacen las cosas.

4 comentarios:

Livy dijo...

La verdad es que esta práctica que desde hace unos años se ha puesto tan de moda, me repatea sobremanera.
Indudablemente es una forma de sacar el dinero a la gente, no soporto cuando ya de primeras te dicen: el coste de esta llamada por minuto es.. y tu piensas, a ver, el minuto que has tardado en darme esta información que no pedí también cuenta?
Luego de ahi te dicen si quiere reclamar marque 1, si quiere gritar marque 2, si quiere acordarse de mi familia marque 3, si no es nada de esto espere (y dices, cuánto más he de esperar?) y entonces oyes una voz, aqui departamento tal..en que puedo ayudarle...le cuentas tu problema y lo que quieres y despues de soltar la chapa, te dice uy eso es el departamento de coñas y festejos y te dices ole!! viva la fiesta nacional, te dicen espere, en seguida le atendemos, entonces ya empiezas a pensar en otras cosas y después de 30 minutos desde que has llamado, lo único que piensas es a cuantos centimos de euro estaba el minuto, y cuando haces el cálculo se pone el operador-a y te dice si ¿que desea? y tu, nada sólo llamar a mi banco para pedir un préstamo, necesito pagar esta factura de teléfono.

silvo dijo...

Jajjaj Livy muy cierto y muy simpáticamente expresado.Besote

Velda Rae dijo...

Los artículos de Millás son geniales, aún recuerdo uno que leí hace años, cuando se desató el furor de los móviles, en que hablaba de la venta de teléfonos con llamadas, para que el usuario pudiera presumir de que estaba muy solicitado. :-)

silvo dijo...

Sio Velda, es un fabulosos escritor, y desde que conzco sus artículos no me los pierdo, Besos