«Gaspar», el confiado y simpático delfín que desde hace meses visita esporádicamente las costas asturianas -la última vez fue avistado en Cudillero- y entusiasma a los curiosos con sus juegos y saltos, puede ser en realidad un agente secreto. Ni más ni menos. La mansedumbre del animal, que pesa casi 400 kilos, ha llamado la atención a todo el mundo. «Gaspar» no tiene miedo a la gente: es más, se acerca a los humanos y se deja tocar, juega con un cabo, con un remo... Parece que prefiere los hombres a sus semejantes. Y tanta curiosidad por la jungla humana ha despertado la suspicacia de algunos, que han llegado a relacionar al delfín directamente con la CIA. El Grupo de Rescate de Mamíferos Marinos (Gremmar) de Galicia conoce bien a «Gaspar», porque es un visitante del puerto de Vigo. Y en este organismo especulan con una posible formación militar del animal. Según esta hipótesis, el comportamiento del delfín se debe al adiestramiento recibido en el Programa de Mamíferos Marinos de la Armada de Estados Unidos, que desde los años 50 entrena a estos animales para detectar minas y artefactos explosivos bajo los cascos de los barcos. Fuentes de dicho proyecto ni confirman ni desmienten rotundamente tal posibilidad. Esta actitud ha dado aún más pie a la teoría de que el animal tuvo una intensa y secreta vida anterior. Casi como el agente 007, James Bond. «Gaspar» se llamaba, según esta versión, «Takuma», y fue entrenado en el año 2000, junto con un grupo más numeroso de delfines, en las islas Azores. El objetivo era que estos animales pudieran detectar artefactos explosivos adosados a los cascos de los barcos de la Armada estadounidense en el Golfo Pérsico. Pero uno de esos delfines se escapó: ése es «Gaspar». Luis Laria, director de la Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas (Cepesma), considera que «estamos ante una teoría más» a la que tampoco concede demasiada credibilidad. «El caso de "Gaspar" no es aislado», afirma Laria. Los científicos han comprobado la existencia de delfines que eligen una vida solitaria, alejada de las manadas de sus congéneres. El vínculo que mantienen con los humanos se hace más estrecho, y las visitas a los puertos son frecuentes, para interactuar con las personas. La explicación a este fenómeno no está clara, pero sí se sabe que estos comportamientos, aunque no son frecuentes, son posibles. «Se han detectado delfines con una actitud similar a la de «Gaspar» en Irlanda, Australia, Oriente Medio y en otras costas del norte de Europa, sin que tengan nada que ver con la Armada de EE UU», afirma Luis Laria. Salvador Fernández, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Cudillero, que en la última visita de «Gaspar» compartió con él un rato de juegos, se decanta por la teoría de que «es un animal escapado de un circo». Entre risas, Fernández recuerda cómo el animal correspondía a los estímulos humanos con ánimo juguetón, «y no con pinta de ser un animal preparado para detectar explosivos o asesinos».

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gaspar, el famoso delfín avistado en nuestras costas, que tan famoso se hizo por la prensa y que casi todo el mundo acudió a intentar ver, ahora resulta que es muy listo, caso de ser cierto de ser un delfín adiestrado para la detección de minas hace bien en escaparse y claro no pensará que quienes juegan con él sean el vehículo de su perdición, ya sabemos, se corre la voz, sale en prensa y acude alguien a capturarlo, que le dejen tranquilo que él no molesta a nadie y hace las delicias de quien le ha visto, ese delfin ya es nuestro por voluntad propia mientras él quiera.