viernes, 20 de febrero de 2009

Increíble naturalidad




JUAN JOSÉ MILLÁS Tengo desde hace años un trabajo cuya primera actividad consiste en leer la prensa. Parece un privilegio, y venía siéndolo, la verdad, hasta hace poco. Me gustaba el paseo hasta el quiosco, la breve conversación con Alfredo. Me sentía bien regresando a casa con los periódicos debajo del brazo, con la realidad -toda la realidad- debajo del brazo. Si era primavera porque era primavera; si verano, porque verano; si invierno, porque invierno. Luego llegaba a casa y comenzaba el rito del café. Mientras el agua hervía, hojeaba la última página de los diarios, leyendo los artículos en diagonal, como un aperitivo, como calentando motores. Y volvía a sentirme un privilegiado. Ahora hay días en los que la lectura de los periódicos empieza a parecerme una condena. ¿Soy yo o son los periódicos? ¿Soy yo o es la realidad? Vean, por ejemplo, el caso de ese chico, el asesino de Marta. Siempre ha habido crímenes horrorosos. Uno cuenta con ellos, forman parte del balance diario. Asumimos que hay criminales, que hay mal. Ahora bien, ¿cómo logró este asesino convencer a su hermano y a dos amigos de que le ayudaran a deshacerse del cadáver? Deshacerse de un cadáver (si la chica estaba muerta antes de ser arrojada al río, pues parece que hay dudas) no es una cosa cualquiera. No es como echar una mano para limpiar el garaje o para hacer una mudanza. Sin embargo, con tal naturalidad parecieron aceptarlo los cómplices. Te llama un amigo, te dice que ha asesinado a su ex novia y que vengas con el coche y una manta para deshacerte de su cuerpo, y tú dices que sí, que terminas de tomarte el café y vas para allá. No me cabe en la cabeza, la verdad. Esos tres individuos que ayudaron al asesino deberían explicar por qué no dieron aviso a la Policía, por qué no se espantaron, por qué aceptaron con esa naturalidad la demanda que les hacía el criminal. De un tiempo a esta parte, vivimos el horror con la sencillez que en los sueños aceptamos las cosas más extrañas. ¿Dónde ha quedado la perplejidad moral? ¿Dónde los escrúpulos de conciencia? ¿Dónde el límite entre lo que se puede hacer y lo que de ninguna manera es aceptable? Y estoy aún en la primera página del periódico.

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Hace tiempo que no traía al gran Millás y hoy le traigo por algo que venimos comentando, siempre hubo crímenes, pero ese de hasta cuatro encubridores de un asesinato también a él le llama la atención, esa es la diferencia, las última preguntas que se hace en su artículo son las mismas que me vengo haciendo yo, no voy a repetir todo lo que llevo escribiendo sobre esta percepción de la sociedad actual pero él parece tener la mismo, y acaba con "y estoy en la primera página del periódico", ese es el problema que no hay sentido moral ni ético, ni conciencia, no se aprcian los autñénticos valores.

12 comentarios:

Néstor dijo...

Creo que uno de los grandes problemas de la sociedad actual es que se ha difuminado el concepto de algunos valores. Los cómplices del asesino de Marta han debido actuar por una extraña deformación del sentido de la lealtad hacia los amigos, ignorando el hecho de que hay sucesos con los que la lealtad no existe y lo que se debe hacer es otra cosa muy diferente.

La juventud ya no conoce los derechos más elementales, se creen que el mundo y los que lo habitan son cosas puestas a su disposición para su disfrute y si no disfrutan intentan amoldarlo a ello de forma egoísta. Que luego digan que Educación para la Ciudadanía no es necesaria es una broma macabra, se necesita ahora más que nunca una percepción clara de los valores más elementales y los derechos inalienables de las personas.

A pesar de todo, seguirán existiendo salvajes. Pero tal vez sean menos.

silvo dijo...

Edmond, esa es exáctamente la percepción que tengo yo, se han cambiado los valores, se aplican mal, no valoran la libertad, no saben que ha costado vidas que se ha tenido que ganar que es un derecho pero que no ha sido un regalo, ese es un fallo fundamental como bien dices, saludos Edmond

pro_magicalonso dijo...

Yo desde hace mucho tiempo solo leo la prensa deportiva porque las demás secciones entre la crisis y todas las cosas que pasan en el mundo, que si guerra, que si asesinatos o violaciones, pues sinceramente para leer todo eso prefiero no leer nada y por eso me leo los deportes que por lo menos me entretienen y me gustan. Un abrazo

silvo dijo...

es que hay que estar informado pro_mágica aunque sea triste lo que se lee, yo lo que observo en este arículo de opinión es a un Millás extraño, más bajo de lo habitual y muy sensibilizado, le está afectando también ver la sangre fía de determinados individuos

un fuerte abrazo

Hanna dijo...

No tienen valores porque los padres no se los enseñan, estos críos son unos mimados y caprichosos hacen lo que les dá la gana.
Saludos

silvo dijo...

Por lo que se ve Hanna, valoran la amistad pero mal entendida, y eso si se creen los dueños del mundo, hay que educar bien a los niños que parece que no tienen conciencia, besos Hanna

Rosa dijo...

Yo digo hasta la saciedad que las familias acompañan la evolución de los niños, en el proceso de escolarización, que es la vía excelente para ir penetrando en otros ámbitos sociales diferentes a la familia. Esta, a través de estas funciones apunta a educar a los niños para que puedan ser autónomos, emocionalmente equilibrados, capaces de establecer vínculos afectivos satisfactorios.
Un abrazo

ciedad que

silvo dijo...

Si Rosa hay que educarles correctamente en valoración de la libertad, que sepan lo que vale, lo que cuesta y también en hasta donde se puede hacer uso de ella, me refiero a que no estorben a nadie, el respeto, el cariño, qué es el cariño, que es la lealtad, (eso suyo no es lealtad),tienes toda la razón, saludos Rosa

Velda Rae dijo...

Da miedo tratar de contestar a las preguntas que se plantea Millás y pensar en la responsabilidad de cada uno, sobre todo, como decís, de los que tenemos hijos. Hoy trataba de explicarles a los míos porque es necesario tomar parte, dar la cara por las cosas que merecen la pena, aunque no te afecten directamente ni te beneficien. En esa edad tonta en la que están, a la tercera frase ya estaban desconectados. Me recorrió un escalofrío pensando: "si lo he hecho bien, o al menos, aceptablemente, todo lo que he tratado de enseñarles desde que nacieron está ahí dentro, aunque ahora les parezca una pelma, y cuando sea necesario, dejará de estar en stand bye y lo recordarán. Pero si la cosa no sale como quiero creer, ellos pueden ser los siguientes que graben un video mientras apalean a un compañero de clase, a un mendigo o quién sabe qué otra burrada." No lo digo en mi descargo como progenitora, sino en mi miedo y en mi culpa como madre.

silvo dijo...

Velda, te leo ya hace algún tiempo y se que tus hijos no harán eso, es normal tener miedo pero no lo harán ya te entedían cuando eran pequeños, ahora eso sí, que no rían las bravucadas de esa gente que se pasa, por ejemplo con los profesores, que eso les hace a esos borregos sentirse fuertes,además tiene tu historia que es patrimonio suyo,besos

hécuba dijo...

Esto me recuerda que hace poco en la zona donde vivo un chico le convenció a unos amigos para matar a sus padres. Por suerte, fallaron, pero había quién se preguntaba cómo se puede convencer de eso a alguien. De todas formas sigo pensando que siempre ha sido igual o parecido, lo que pasa es que se oía menos. No había tantos medios de comunicación.

Yo vengo de una familia estructurada y que está bien y a mí no me hacían ni caso, vivíamos en la calle todo el día y la comunicación era bastante peor que la que puedo tener yo con mis hijos. Y si es cierto que hay padres que malcrían a sus hijos hay que pensar que estos padres antes han sido hijos y que tampoco han debido recibir una buena educación para llegar a estos extremos. Así que algo fallaba antes también.

silvo dijo...

Siempre hibo fallos Hecuba, pero hay algunos detalels que ahora se llevan a cabo y nates no, hay uno que me llama poderosamente la atención y es que antes a gente "graciosila" o de este tipo intentábamos no entablar relación con ell@s y ahora van de valientes, en realidad son unos cobardes porque siempre actúan en superioridad, les ríen las tonnterías que hace, ya no hablamos de asesinatos, digamos cosas incorrectas, lo de reirse de los profesores por ejemplo, eso si ha cambiado y eso junto con la aparente impunidad o pequeño catigo les hace continuar, pobres, los que se ríen no se dan cuenta que, ala larga, eso se termina volviendo en contra suya, vivirán peor porque no hay calidad en la calle.Saludos