El amor de un dueño a su mascota transciende en esta historia los límites imaginables. En el año 2007, los familiares de la multimillonaria Leona Helmsley, conocida como la Cruella de Vil de Nueva York, seguramente se quedaron con la boca abierta cuando leyeron en su testamento que la fallecida había legado parte de su fortuna a su perrita Trouble. Nada menos que doce millones de dólares (más de ocho millones de euros) fue la cantidad que obtuvo el can, dejando a dos de los cuatro nietos de la neoyorquina fuera del reparto de su dinero. Por supuesto, estos llevaron la decisión a los tribunales y el juez redujo el legado a dos millones de dólares (casi un millón cuatrocientos mil euros), cantidad nada despreciable para tratarse de un perro.
Leona Helmsley encontró en Trouble el mejor remedio a su tristeza tras la muerte de su marido Harry. El animal viajaba con ella por todo el país en su jet privado, recibía los mejores alimentos e iba siempre impecablemente vestido. Comodidades que mantuvo en cierta medida, tras la muerte de la adinerada, cuando se “retiró” a Florida, al hotel Helmsley Sandcastle, de la localidad de Sarasota, bajo los cuidados del director general del establecimiento, Carl Lekic. Este gastaba unos 100.000 dólares al año (70.000 euros) en sus cuidados, entre alimentación, aseo y un fuerte dispositivo de seguridad, dado que el animal recibía continuas amenazas de muerte. Así vivió hasta diciembre del año pasado cuando murió a la edad de doce años (el equivalente a 84 años humanos) una noticia que no se ha conocido hasta ahora.
Su dueña quería que cuando muriera Trouble fuera enterrada con ella en el mausoleo familiar en el cementerio de Sleepy Hollow, en Westchester County en Nueva York. Sin embargo, este es un deseo que no se podrá cumplir ya que las normas del lugar prohíben inhumar mascotas. La pregunta que seguramente se harán todos tras leer estas líneas es sencilla: ¿dónde irá a parar el dinero que ha sobrado de esos dos millones? Un portavoz del hotel en el que Trouble vivió hasta su muerte lo aclara: “El dinero que quedaba se ha ingresado en el fondo de Harry y Leona Helmsley que tiene fines benéficos”. Una buena elección, ¿no creen?
hola
Le había donado Leona ocho millones de euros que habían quedado en dos tras reclamación de dos nietas, ahora ha fallecido y el dinero que no se gastó se fue a beneficencia, no está mal,
4 comentarios:
Silvo, mi-a placut si am pus si eu pe un blog si mai pun si miine dimineata. http://dariaion.blogspot.com/
O seara frumoasa, te imbratisez,
Odorica
Le he visto, es curioso que algunos animales tengan más dinero que muchos de nosostros en toda nuestra vuda, un abarzo y buen domingo Odorica
No se si reirme o llorar!!!
un abrazo y que tengas una linda semana.
Es que si lo tomas por el lado de esas fortunas tan tremendas que consiguen algunas personas da no se quem sí, un abrazo y buena semana para tí Mery
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