sábado, 10 de septiembre de 2011

Saben interpretar los huesos

Si se sabe cómo preguntarles, los huesos pueden contar muchas historias. Saben hablar de sus dueños; de cómo vivieron, cuando murieron e, incluso, qué enfermedades sufrieron, aunque haya pasado mucho tiempo desde su último suspiro.

En Atapuerca, algunas historias médicas han esperado más de un 500.000 para salir a la luz. Pero, gracias a la labor de investigadores como Ana Gracia, responsable de Conservación del Centro Mixto de la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto de Salud Carlos III y cuya labor ha estado ligada a la excavación desde hace casi 25 años, hoy en día sirven para esbozar un estudio epidemiológico de los antiguos pobladores de la sierra burgalesa.

La mayoría de los datos de los que se disponen hacen referencia a enfermedades crónicas, explica Gracia, porque otros trastornos no dejan un registro en el hueso y son más difíciles de rastrear.

En la mayoría de los casos no hay signos de infecciones, ni de señales que indiquen cómo fue la muerte, pero aun así, las 'huellas del pasado' permiten saber mucho de lo que tuvieron que sufrir estos homínidos.

"Por ejemplo, en los dientes se aprecian marcas claras que indican una ralentización del crecimiento", señala Gracia. Según sus palabras, estas marcas son una referencia clara del momento del destete, una transición sin duda traumática para quien dejaba de disponer de un alimento diario y pasaba a depender de la comida que estuviera disponible para el grupo.

La gingivitis, o inflamación de las encías, también era un trastorno común entre los 'homo heidelbergensis' que habitaron Atapuerca hace alrededor de 500.000 años, según las investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha.

Uno de los primeros trabajos que salieron de la conocida 'Sima de los Huesos' -hace ya más de 30 años- describía la existencia de molares con surcos e incluso pequeños agujeros. El trabajo demostraba que las marcas se debían al uso sistemático de un objeto cilíndrico, lo que podría ser el primero de los palillos. "Es una evidencia indirecta de la existencia de inflamación de las encías, de una gingivitis que estos individuos intentaban aliviarse con un objeto externo", explica Gracia.

elmundo

Saben estudiar los huesos como nadie y llegar a conclusiones muy importantes sobre el pasado que nos sirven para conocer hábitos y costumbres, avances y demás

4 comentarios:

Verónica O.M. dijo...

Debido a tanto estudio realizado, sabemos mucho de nuestros antepasados, muy bien por esas personas que se dedican a estos temas, sin ellos no sabríamos absolutamente nada de dónde venimos.
Buen finde
Besos

Fiebre dijo...

Me has recordado a la serie Bones :)

silvo dijo...

Cierto pareece increible pero vcamos aprendiendo sabiendo más y teniendo más base para avanzar en el conocimiento, buen finde para ti y besos Verónica!

silvo dijo...

No veo la tele pero me imagino una serie muy interesante ya que el apartado científico debe ser fundamental, besos Fiebre!