Una pareja italiana inició una acción legal para obligar a su primogénito de 41 años a abandonar su hogar de una buena vez. Padres venecianos demandaron ante la Justicia a su hijo de 41 años y lo intimaron a que abandone su hogar porque el grandulón, que tiene un empleo fijo y gana bien, se niega a irse a vivir solo y pretende que su madre le lave y planche la ropa y le preparare la comida. "Ya no podemos seguir así", exclamó el padre. "Mi esposa está estresada con esta situación. Ya es hora que el muchacho haga su vida" El abogado de la familia asegura que el hombre tiene un trabajo estable y buenos ingresos que le permitirían solventarse y vivir bien, y por tal motivo le han dado un plazo de 10 días para conseguir un alojamiento y mudarse. Caso contrario continuarán con la demanda y procederán a una acción de desalojo.
noticiaslocas
Había oido en plan serio y a los cómicos lo de que los jóvenes no se van de casa pero es que este con 41 años y con posibilidades de independizarse y no lo hace ya son ganas ya, que se haga él esas labores que seguramente puede, es triste que se llegue a situaciones como esta, encima no ayudará a los progenitores económicamente que eso también les enfadará
4 comentarios:
hay una dictadura de los hijos con los Padres total y lo peor es que las leyes dan mas la razon a los hijos que a los padres, este es uno de los casos que tengan que llegar a la justicia por no estar bien legislao
Si es que como en casa no se está en ninguna parte jeje, debería querer irse él, saludos anónimo
¡Vaya jeta! y cuando nosotr@s estamos mayores, nos dan una patada en el trasero, y ya nos la compongamos sol@s, hay otr@s que nos buscan una residencia o te ponen a una mujer a poder ser de fuera, que por aquí ya está muy de moda, pero pagándolo nosotr@s)y después van de dign@s con su conciencia tranquila.
En la imagen, casi está más viejo el padre que el hijo jaja.
Feliz día Silvo
Besos
Nadie quiere ya atender a nadie, otros no pueden,eso es lo que se hace ahora, en cuanto a este la vida suya debe vivirla ya, besos y buena tarde Verónica!
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