¿Masaje oriental o timo de verano?

Las firmes manos orientales empiezan por el cuello, bajan por la espalda, suben a la cabeza y terminan en el rostro; luego, se encaminan hacia los brazos. Aúnan momentos de suavidad y dolor para un resultado de notable relajación. A continuación, pasan a las piernas y pies. "Si quieres continuar, diez euros más", le dice el masajista al paciente.

Los turistas que pasan por la madrileña Plaza Mayor esquivan a las mujeres de ojos rasgados que ofrecen la terapia. "Masaje chino, muy bueno, 10 euros", intentan convencer a los potenciales clientes. Cuando ven el más mínimo interés por la oferta, un masajista se encarama a la espalda del peatón y empieza a darle un sobo gratis.

Los trabajadores orientales no revelan cómo aprendieron su técnica ni el nombre específico del masaje. Pero aseguran que la trajeron "desde China", donde esa práctica "es común" y se hace "desde siempre".

Quien lo ha probado no se queja. "Es fenomenal, me arregló desde el cuello hasta los pies ¡Estoy muy relajado!", cuenta el joven argentino Germán Peralta, que vive en las islas Canarias y está en Madrid de turista. Peralta pide a un peatón que le saque una foto con su masajista, a quien puso el apodo de Cala-Cala. "Quiero mostrarlo a mi familia", añade. Cala-Cala lleva cinco años afincado en Madrid y garantiza: "10 euros, muy bueno".

Según el cartel, que lleva el cuerpo humano dibujado, el masaje chino elimina la presión, el estrés, la fatiga, los dolores de cabeza, de la espalda o de los muslos. Además, soluciona pinzamientos y problemas articulares.

Miedo a la policía

Guillermo Garcés, otro cliente, dice que el resultado le ha decepcionado. "El masaje relaja, pero para 10 euros me parece muy poco", critica tras 15 minutos de golpes y pellizcos en la espalda. Este mexicano de 25 años practica taekwondo y conoce de cerca la cultura oriental.

Los masajistas chinos están todos los días en la Plaza Mayor, en la Plaza de Oriente y en la calle Toledo. Empiezan a aparecer con sus sillitas por la tarde, sobre las 14.00 o 15.00 horas, y suelen irse después de las 22.00 horas. Cuando ven a los policías, guardan sus cosas y se ponen a caminar, intentando no llamar la atención.

Dicen en voz baja a los peatones: "Masaje chino, 10 euros", mientras buscan un sitio seguro para instalarse otra vez. La Policía considera ilícita la ocupación de la vía pública. Por otro lado, los fisioterapeutas les critican por trabajar sin la preparación y las condiciones sanitarias necesarias.

Según José Santos, secretario general del Colegio de Fisioterapeutas de Madrid, el masaje terapéutico sólo puede ser realizado por un profesional con grado universitario. La regulación del sector está determinada por los Colegios Regionales y por el Consejo Nacional. Para ejercer la actividad (tanto en el sector público como en el privado) hay que estar suscrito a ellos.

Santos también afirma que gran parte de los clientes del masaje chino son turistas que "creen que esa práctica es normal en España". Además, critica las condiciones higiénicas de las terapias en la calle. "Ellos no se lavan las manos, ni preservan la intimidad del paciente. A mí nunca se me ocurriría hacer un masaje debajo de un árbol", añade.

elmundo

jaja qué suerte tenéis en Madrid por 10 euros fuera estres y dolores, cuando yo digo que en Madrid hay de todo..., bueno ahora que nadie se sorprenda si le ogfreven este servicio, ya que en Madrid se realiza