El 28 de enero de 1986, Estados Unidos estaba pegado al televisor pensando en el espacio. La NASA iba a poner en órbita el transbordador Challenger a las 11:38 am hora local. El artefacto explotó 73 segundos más tarde. La tragedia sacudió a un país que veía en directo cómo la nave espacial se desintegraba llevándose por delante la vida de los siete tripulantes, entre quienes destacaba la profesora Christa McAuliffe, la primera civil que viajaba al espacio.
Un cuarto de siglo después, los transbordadores de la NASA se encuentran al borde de la jubilación, y de momento sigue sin estar claro cómo serán las naves futuras con las que EEUU pretende relanzar su programa espacial para llegar a Marte.
El día anterior se habían cumplido 19 años desde que los tres astronautas del Apolo 1 murieran durante unas pruebas de lanzamiento, pero el accidente del Challenger fue el primero tras un despegue. La misión del transbordador hacía el vuelo número 25 de un transbordador espacial y debía haber durado siete días. Al mal fario del Apolo 1 se sumaron seis retrasos en el lanzamiento, que se terminó fijando para el 28 de enero, día en que fallecieron el comandante Francis Scobee, el copiloto Michael Smith, los especialistas de misión Judith Resnik, Ronald McNair, Ellison Onizuka y Gregory Jarvis, y la profesora Christa McAuliffe
El accidente segundo a segundo
Aunque en el momento del despegue los espectadores no se dieron cuenta, los expertos de la NASA explicarían luego que a los 0,678 segundos de despegar, ya se apreciaba en las imágenes una pequeña columna de humo gris oscuro cerca del cohete derecho: los anillos de sellado del tanque se estaban quemando. Entre los segundos 0,836 y 2,5, aparecieron ocho columnas de humo más cada vez más negro, hasta que desaparecieron en el segundo 2,733.
Cuando el Challenger llevaba 37 segundos en el aire se topó con un viento cortante que duró hasta los 64 segundos. El viento creó fuerzas fluctuantes sobre el transbordador a las que el aparato respondió de tal modo que su sistema de dirección fue el más activo hasta la fecha en una misión espacial.
Durante este tiempo (en el segundo 58), apareció la primera llama coincidiendo con una diferencia de presión entre el cohete derecho y el izquierdo, lo que confirmaba que el sellado se había roto. En el 64,660, el fuego había alcanzado el tanque exterior del transbordador, que perdía hidrógeno.
Cuando empezaba el segundo 72, el desastre ya era del todo inevitable y en el 73,124 todos vieron una gran masa de vapor blanco que salía del tanque exterior. Era el comienzo de un fallo estructural que ponía fin a la vida de los siete tripulantes.
elmundo
Fue una tragedia lo de ese Challenger,siete aastronautas perdieron la vida en el despegue, hace 25 años, no confundir con la otra tragedia del Columbia que costó la vida a ortros siete astronautas en 2003 de regreso a nuestro planeta, es un triste aniversario pero está bien que la NASA y todos nosotros recordemos a estas gentes que están en la avazadilla de todo un planeta, !qué angustiosos tuvieron que ser esos segundos"
Un cuarto de siglo después, los transbordadores de la NASA se encuentran al borde de la jubilación, y de momento sigue sin estar claro cómo serán las naves futuras con las que EEUU pretende relanzar su programa espacial para llegar a Marte.
El día anterior se habían cumplido 19 años desde que los tres astronautas del Apolo 1 murieran durante unas pruebas de lanzamiento, pero el accidente del Challenger fue el primero tras un despegue. La misión del transbordador hacía el vuelo número 25 de un transbordador espacial y debía haber durado siete días. Al mal fario del Apolo 1 se sumaron seis retrasos en el lanzamiento, que se terminó fijando para el 28 de enero, día en que fallecieron el comandante Francis Scobee, el copiloto Michael Smith, los especialistas de misión Judith Resnik, Ronald McNair, Ellison Onizuka y Gregory Jarvis, y la profesora Christa McAuliffe
El accidente segundo a segundo
Aunque en el momento del despegue los espectadores no se dieron cuenta, los expertos de la NASA explicarían luego que a los 0,678 segundos de despegar, ya se apreciaba en las imágenes una pequeña columna de humo gris oscuro cerca del cohete derecho: los anillos de sellado del tanque se estaban quemando. Entre los segundos 0,836 y 2,5, aparecieron ocho columnas de humo más cada vez más negro, hasta que desaparecieron en el segundo 2,733.
Cuando el Challenger llevaba 37 segundos en el aire se topó con un viento cortante que duró hasta los 64 segundos. El viento creó fuerzas fluctuantes sobre el transbordador a las que el aparato respondió de tal modo que su sistema de dirección fue el más activo hasta la fecha en una misión espacial.
Durante este tiempo (en el segundo 58), apareció la primera llama coincidiendo con una diferencia de presión entre el cohete derecho y el izquierdo, lo que confirmaba que el sellado se había roto. En el 64,660, el fuego había alcanzado el tanque exterior del transbordador, que perdía hidrógeno.
Cuando empezaba el segundo 72, el desastre ya era del todo inevitable y en el 73,124 todos vieron una gran masa de vapor blanco que salía del tanque exterior. Era el comienzo de un fallo estructural que ponía fin a la vida de los siete tripulantes.
elmundo
Fue una tragedia lo de ese Challenger,siete aastronautas perdieron la vida en el despegue, hace 25 años, no confundir con la otra tragedia del Columbia que costó la vida a ortros siete astronautas en 2003 de regreso a nuestro planeta, es un triste aniversario pero está bien que la NASA y todos nosotros recordemos a estas gentes que están en la avazadilla de todo un planeta, !qué angustiosos tuvieron que ser esos segundos"
2 comentarios:
25 años ya, jo como pasa el tiempo y la verdad que si fue una tragedia. Un abrazo
Só pr_mágica, el iempo vuela, tremendo mazazo este
Un fuerte abrazo y muchas gracias
Publicar un comentario