miércoles, 18 de noviembre de 2009

Tres años y medio de cárcel a una pareja por abusar de sus dos hijos

Un juzgado de San Sebastián ha condenado a penas que suman tres años y medio de cárcel a un matrimonio que abusó sexualmente de sus hijos, una niña y un niño que soportaron condiciones infrahumanas durante años, ya que pasaban hambre, estaban sucios y en una situación de práctico abandono.

Según el escrito de acusación, al que hoy ha tenido acceso Efe, esta situación fue tan insoportable para la chica -la mayor de los dos hermanos- que intentó suicidarse cuando sólo tenía nueve años, ingiriendo un bote de pastillas, a pesar de lo cual su madre no la llevó al médico hasta cinco días después.

Los hechos ocurrieron en una localidad del interior de Guipúzcoa durante un tiempo indeterminado a lo largo del cual, tanto el padre como la madre de los menores abusaron de ellos, los maltrataron físicamente y les sometieron a "un abandono físico severo y crónico" en ámbitos como la "alimentación", el "vestido" y la "higiene" personal y del hogar en el que los cuatro residían.

El padre, según el documento, abusó de su hija desde que ésta tenía 5 o 6 años, "aprovechando cualquier momento para hacerle tocamientos con ánimo libidinoso".

En unas ocasiones lo hacía en el dormitorio de la menor, donde la encerraba con la excusa de "hacer los deberes", y en otras oportunidades llegaba a hacerlo por debajo de la mesa, cuando la familia se sentaba a comer.

El imputado, que era camionero, también aprovechó algún viaje en el que la niña le acompañó para abusar de ella, así como los momentos en que su hija se duchaba, con el pretexto de secarla, a pesar de "la negativa reiterada de la menor". También la madre, practicó distintos tocamientos a la niña en su habitación, adonde acudía, según aseguraba, para leerle un cuento.

El documento explica que la madre solía golpear "en repetidas ocasiones" a sus hijos "con un cinturón", además de darles patadas.

Ambos menores presentaban moratones en sus cuerpos pero estas lesiones "nunca fueron constatadas" por los médicos porque el matrimonio "no les procuraba asistencia facultativa".

El escrito precisa que la madre cuando bañaba a la niña la arañaba "fuertemente" de forma que la menor no quería ducharse en casa aunque sí en el colegio.

Esta situación hizo que la pequeña "padeciera una notable falta de higiene" y que acudiera a la escuela "con un olor corporal que provocó la queja de otros alumnos del centro".

El escrito indica que, cuando la niña iba a la escuela, solía llevar "en la mochila tabletas de 'Starlux', macarrones crudos y fideos y pan duro", pues "pasaba hambre" y tenía que levantarse por las noches para ingerir "comida cruda o congelada".

A pesar de que durante unos meses el acusado estuvo en paro y de que el matrimonio "necesitaba ayuda económica", ambos procesados "se negaron a aceptar comida" que les ofrecieron unos familiares, "a sabiendas de que los niños pasaban hambre".

Cuando los menores asistían al comedor escolar "comían todo lo que se les servía" y la pequeña "desarrolló una obsesión por la comida" que le llevó a padecer "obesidad exógena".

Los acusados también sometieron a sus hijos a "un maltrato emocional severo", ya que les obligaban a "participar en las tramas y mentiras" que inventaban para justificar su situación familiar ante algunos "profesionales".

La acusada "se mostraba fría y distante ante las necesidades emocionales de sus hijos" de forma que en la escuela llegaron a pensar que la niña, que aprendió a leer con 12 años, era "autista".

Los inculpados, que permitían a sus hijos pasar mucho tiempo en la calle independientemente del tiempo que hiciera, tampoco se preocupaban por la limpieza de su domicilio. "Vivían sin luz", en ocasiones "no tenían comida" y la casa "estaba llena de numerosas moscas e insectos", con las estancias "sucias y deterioradas". Actualmente, los hijos de los acusados permanecen bajo tutela foral.

Ambos imputados han sido condenados hoy a penas que suman tres años y medio de cárcel y 24 fines de semana de arresto por dos delitos de abusos sexuales, otros dos de malos tratos físicos y psíquicos, y dos más de abandono de familia con la atenuante de reparación del daño causado, al consignar unas participaciones en una empresa para hacer frente a las responsabilidades civiles.

A los procesados también se les ha retirado la patria potestad y se les ha prohibido acercarse y comunicarse con sus hijos durante cinco años a partir del cumplimiento de la pena de cárcel.


elmundo

tres años u medio a estos energúmenos descorazonados que estropearon la vida a dos hijos suyos no es nada, es muy grave el delito que han cometido, la ley debe ser más severa unos menores que están al cuidado de sus padres tienen derecho a desarrollarse de forma natural, esto les ha marcado para siempre, el daño es casi inmenso y la pena muy pequeña,

6 comentarios:

Boris dijo...

como siempre la justicia española dando la nota,este castigo de 3 años es ridiculo,es muy grave lo que han hecho y el castigo debe ser mucho mayor.

pro_magicalonso dijo...

¿Cómo la gente puede ser tan mala? son niños por dios, son indefensos, si no lo quieren que los den en adopción pero que no hagan estaas salvajadas.

Ahora a ver cuanto les cae, pero caiga lo que les caiga no será suficiente para quitar el trauma a esos niños que se acordarán de esto toda su vida.

Un abrazo

Anónimo dijo...

la verdad se queda uno de piedra con la sentencia

silvo dijo...

les tenían sin atención y abusaban de ellos, les han fastidiado la vida y les ha caido casi nada 3 años y medio de cárcel , 24 fuenes de semana de arresto y sin patria potestad y acercarse a sus hijos 5 años, no es nada, además los tres años de cárcel deben ser entre los dos, o le patinó la neurona al perioduista ya que dice "penas que suman 3 años y medio de cárcel" lo que sería indicativo que es enter los dos, una injusticia que han destrozado la vida de sus dos hijos,

Un fuerte abarzo y muchas gracias pro_mágica

silvo dijo...

Absurdo el castigo a esos energúmenos, sale barato cometer esas atrocidades, saludos Ryoga

silvo dijo...

Debería actuar el defensor del menor anónimo, saludos