La RNLI (Royal National Lifeboat Institution), una organización benéfica dedicada a salvar vidas en las costas de Reino Unido, ha rescatado a más de 140.000 personas en sus casi 190 años de vida. Pero pocas veces sus voluntarios han tenido que lidiar con un personaje como el Capitán Calamidad. Su apodo está más que justificado: ha naufragado al menos en 15 ocasiones, la última hace pocos días, y en otras tantas ha sido auxiliado.
Están hartos del afamado capitán, cuyo nombre en tierra es Glenn Crawley. No en vano, la RNLI lleva gastados en la última década 40.000 libras (unos 46.600 euros) en sus rescates, a razón de 2.500 libras cada uno, según han publicado diversos medios de comunicación ingleses.
Viendo que sus dotes de navegación no mejoran con el paso del tiempo, le han implorado que no salga más al agua con su catamarán. Él, sin embargo, no quiere dejar de hacer lo que más le gusta, aunque no se le dé especialmente bien. Es su particular desafío. Así que cada vez que Crawley sube a bordo de su barco, en el pueblo de Newquay, en el condado de Cornualles, rumian qué será del Capitán Calamidad.
El último incidente se produjo el pasado 21 de enero. Crawley decidió salir a navegar pese a que las condiciones meteorológicas eran especialmente complicadas ese día. Horas después de zarpar, no obstante, el viento amainó de repente y su catamarán quedó literalmente flotando a 100 millas de la costa. Al ver que se encontraba en problemas, tras casi una hora sin lograr avanzar, algunas embarcaciones le ofrecieron un cabo para ser remolcado, pero el Capitán Calamidad lo rechazó. Y acabó siendo arrastrado por las corrientes y las olas a la misma orilla.
Las desventuras de Glenn Crawley han sido relatadas anteriormente por los tabloides. Todo comenzó en 2003, cuando el inglés decidió comprarse un pequeño multicasco llamado Mischief (que significa travesura). En su primer año como marinero, llamó tres veces pidiendo auxilio. Una minucia comparada con otros episodios, como el ocurrido en 2007 cuando fue rescatado cuatro veces en cuatro horas por salvamento marítimo y por marineros.
En 2010, Crawley destrozó definitivamente su embarcación y se ganó así el sobrenombre de Capitán Calamidad. Pero ni por esas dejó de disfrutar del Atlántico y poco después se compró un nuevo catamarán con el que hoy en día sigue intentando domar los vientos.
NAUTA 360
Espero que este personaje pague los rescates y que no interrumpa los de otros, parece que ha decidido realizar una actividad para la que no ha sido llamado
6 comentarios:
Si es tan chulito, luego a la primera de cambio se caga y pide auxilio. Otro que está "tronao".
Un abrazo.
Ya estarán hasta las narices de él, un abrazo Rafa!
Una verdadera calamidad de hombre, jaja. Aunque calamidades hay muchos otros, muchas otras también, jaja
Besos
Jajaj, sí, hay mucho torpe jaja, besos y buena noche Verónica!
Cuando le puso el nombre de Mischief, está claro que no tramaba nada bueno, jaja
Jajaj cierto marga jaja, si ya avisa jaja, besines!
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