Un equipo de investigadores estadounidenses ha desentrañado un
viejo enigma zoológico y saben ya por qué los búhos son capaces de girar casi
completamente la cabeza, en una torsión que llega a los 270 grados, sin dañar
los delicados vasos sanguíneos y sin obstaculizar el suministro de sangre a su
cerebro.
Según los estudios realizados por especialistas de la Universidad
Johns Hopkins, en Baltimore, los vasos sanguíneos en la base de la cabeza de
estas rapaces nocturnas tienen la capacidad de ampliarse convirtiéndose en una
especie de depósitos. Estas bolsas sanguíneas son las que permitirían a los
búhos acumular sangre para obtener la energía suficiente para irrigar su cerebro
y sus ojos mientras giran la cabeza. Un giro que mataría al humano que lo
hiciera.
«Hasta ahora, los especialistas en escaneo cerebral que lidiamos
con lesiones causadas por traumatismos en las arterias de la cabeza y el cuello
humanos nos preguntábamos cómo estos rápidos giros de cabeza no dejan a miles de
búhos muertos tirados en el suelo del bosque por accidente cerebrovascular»,
dice el neurorradiólogo intervencionista Philippe Gailloud, autor principal del
estudio publicado en el último número de la revista 'Science'. Para resolver el
rompecabezas, el equipo estudió la estructura ósea y de los vasos sanguíneos en
la cabeza y el cuello de varios tipos de búhos muertos por causas naturales.
Usaron colorante de contraste para mejorar la imagen de rayos X de los vasos
sanguíneos de las aves, que luego fueron meticulosamente disecadas, dibujados y
escaneados para permitir un análisis detallado.
El hallazgo más sorprendente llegó cuando los investigadores
inyectaron la sustancia colorante en las arterias de los búhos, para imitar el
flujo sanguíneo y procedieron a girar manualmente las cabezas de las rapaces,
detalla el estudio. Los vasos sanguíneos en la base de la cabeza, justo debajo
del hueso de la mandíbula, se convertían en una especie de deposito a medida que
entraba más tinta en el sistema circulatorio. Esta capacidad contrasta
radicalmente con la capacidad anatómica humana, ya que nuestras arterias tienden
por lo general a hacerse cada vez más pequeñas, y no a inflarse, a medida que se
ramifican. «Los resultados muestran que las adaptaciones morfológicas son
necesarias para tales movimiento de cabeza», concluyó Gailloud.
lavozdigital
Es cierto que llama la atención la capacidad de los buhos para girar tanto su cabeza ahora han vissto que acumulan sangre, con nutrientes y oxígeno por tanto, para que esa interrupción no les dañe el cerebo, es algo más complicado que mecánica y demuestra que la naturalez, con tiempo, encuentra soluciones a los problemas que se le plantea
6 comentarios:
Curiosa historia y anatomía la de estos búhos.
Vemos que la naturaleza encuentra soluciones si tiene el tiempo (tempo) preciso, un abrazo Rafa!
Envidia sana, y yo llevo tres semanas padeciendo horrores con el mio.
Besos
Espero te mejores que es doloroso y molesto, besos y muy buena noche Verónica!
Muchas gracias, Silvo. En eso estamos
Besos
Gracias a tí Verónica, besos!
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