Giacomo Rizzolatti y las 'neuronas espejo'
Giacomo Rizzolatti (Kiev, Ucrania, 1937) es uno de los padres de las llamadas 'neuronas espejo'. Este tipo de neuronas se activa cuando un individuo observa a otro sujeto realizar una acción. Son la clave de la empatía, ya que su papel es fundamental para entender los sentimientos del prójimo y comprender cuáles son sus intenciones en función de sus gestos.
Conocidas desde hace alrededor de 15 años, se consideran fundamentales para el estudio del comportamiento humano. Sin embargo, su descubrimiento fue una completa casualidad. A mediados de los 90, Rizzolatti trabajaba en su laboratorio de la Universidad de Parma (Italia) junto a Leonardo Fogassi y Vittorio Gallese, en un experimento con monos para estudiar el funcionamiento de las neuronas especializadas en el control de los movimientos de la mano.
Los macacos estaban monitorizados para estudiar su actividad cerebral; así, los investigadores podían comprobar qué áreas de su cerebro se 'encendían' cuando los animales realizaban algún movimiento. Lo que Rizzolatti y sus colegas comprobaron con asombro fue que determinadas neuronas también se activaban sin movimiento, simplemente con que los animales vieran a otros congéneres o incluso a los propios investigadores realizar una acción.
Graduado en Medicina con la especialidad de Neurología por la Universidad de Padua (Italia), Rizzolatti ha trabajado principalmente como investigador y profesor de Fisiología Humana en la Universidad de Parma.
Ha sido presidente de la Sociedad Europea de Comportamiento Cerebral y de la Sociedad Italiana de Neurociencia, entre otros organismos, y, desde los 90, colabora estrechamente con el Departamento de Ciencia Computacional y Neurociencia de la Universidad de Southern California (EEUU).
Además del recién concedido Príncipe de Asturias, ha recibido el Premio Golgi en Fisiología, el Premio George Miller que concede la Sociedad de Neurociencia Cognitiva, o el Premio de Medicina Feltrinelli, otorgado por la Accademia del Lincei italiana, que reconoce la labor de las principales figuras científicas del país.
El descendiente de adturianos Arturo Álvarez-Buylla
El mexicano Arturo Álvarez-Buylla tiene por sus venas caudales de sangre asturiana. Su abuelo por vía paterna fue el ministro republicano del mismo nombre fusilado en 1937 mientras ejercía como Alto comisionado interino en el protectorado de Marruecos (a cuya memoria hay dedicada incluso una calle en su Oviedo natal). Su abuelo materno, por su parte, fue el jurista Wenceslao Roces, nombrado senador en 1977 tras su vuelta del exilio mexicano.
De hecho, entre la larga lista de reconocimientos a este neurocientífico destacan varios con el sello 'made in Spain', como la cátedra Ramón y Cajal (2007) que concede la Sociedad Española de Neurología (SEN); la Cátedra Santiago Grisolía que otorga la Generalitat Valenciana (2006) y el nombramiento como 'académico correspondiente extranjero' de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; lo que demuestra su fuerte vinculación con España.
Licenciado por la Universidad Autónoma de México (donde su padre se había trasladado después de un breve exilio en Rusia), Álvarez-Buylla pasó por la de Rockefeller (en EEUU) antes de recalar en el año 2000 la Universidad de California San Francisco, donde dirige en la actualidad el Laboratorio de Neurogénesis. Sus descubrimientos han permitido conocer mejor cómo se forman, migran y se diferencian las neuronas en el cerebro joven y adulto; pero también ha dado la clave sobre la regeneración continua de las células cerebrales a lo largo de la vida (algo impensable hasta entonces), lo que abre la posibilidad a futuras terapias 'reparadoras'.
Pero además, Álvarez-Buylla también trabaja en otros terrenos cerebrales como la plasticidad del aprendizaje, las células madre adultas que permiten la regeneración del tejido (cuyo hallazgo se publicó en la revista 'Nature' en el año 2004) o el origen de ciertos tumores que aparecen en el cerebro. Y aunque siempre se ha mostrado cauto en sus declaraciones sobre la aplicación clínica de sus hallazgos, la realidad es que sus trabajos abren la puerta a la posibilidad de que algún día puedan emplearse terapias celulares para el tratamiento de patologías neurológicas como el Alzheimer, la epilepsia o el Parkinson.
elmundo
FELICIDADES a estos dos científicos por su aportación, de la cual debemos felicitarnos nosotros mismos también, y por su merecido premio
Clasificación GP de Malasia 2011
Hace 13 años
4 comentarios:
¡Qué poca publicidad se le da a este tipo de premios!
Nadie comentamos sus trajes, joyas etc y son mucho más importantes que cualquier Oscar, Goya o semejante.
¡Vaya! Hoy me he puesto trascendente juas.
Estos premios son los que merecen la pena, colaboran, estos dos científcoc, en que tengamos una vida de más calidd, se merecen todo, no me exttraña que te hayas puesto trascendente, seguro pensaste en esto a algo así, un beso Fuebre!
Gracias a estos cientificos!!!!!
Enhorabuena para ellos y para la ciencia!!!!!!
un abrazo
Se lo merecen, ganamos todos con elllos, un abrazo Mery!
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