Los cientificos buscan tigres y les encuentran pero a cazadores también

Los bosques del parque nacional Thap Lan de Tailandia son un oasis de biodiversidad. En él se pueden encontrar elefantes, leopardos, jabalíes, venados, tordos cantores y muchas otras especies exóticas.

El diario británico 'The Guardian' informa que un grupo de investigadores formado por guardabosques y conservacionistas extranjeros ha descubierto que las frondosas selvas cuentan con más habitantes de los que pensaban. Tras hallar indicios que apuntaban a la posible presencia de tigres, el equipo instaló cámaras que confirmaron la presencia de estos habitantes pero que también descubrieron a un inquilino más: los cazadores.

A pesar de que queda por peinar más de la mitad del parque, los guardabosques han confirmado la presencia de ocho tigres. Éste es un dato alentador dentro del pesimismo que se cierne alrededor de estos animales que, se estima, cuya población ha descendido en un 97% con respecto al siglo pasado. Es posible que en este parque tailandés haya más tigres que en toda China, aseguran los investigadores.

Tigres monitoreados

Recientemente, la organización ecologista WWF publicó un vídeo grabado en una selva de Indonesia, en el que se podía ver a 12 ejemplares de tigre salvaje, entre ellos, una madre jugando con sus cachorros.

Los tigres son una especie que corre peligro. La hermosura de su pelaje pero también sus huesos, y curiosamente, su pene, son codiciados por países como Vietnam y China que los utilizan para preparar tónicas y afrodisíacos. Sin embargo, la mayor amenaza es la reducción de su hábitat, que, progresivamente es engullido por las plantaciones, las carreteras y la construcción.

Lucha de los guardabosques

Incluso tras el acuerdo alcanzado en la cumbre de tigres celebrada en San Petersburgo el año pasado, se calcula que alrededor de 13.000 tigres viven en cautividad. La caza la lideran las mafias. Muchas granjas de tigres se presentan como zoológicos cuando en realidad se dedican a traficar con estos animales. Han llegado a introducir un cachorro de tigre en una caja de juguetes para intentar pasarlo por la frontera. No obstante, los habitantes del lugar también se lucran, aunque parcialmente, con esta actividad.

Los guardabosques están luchando contra la caza indisicriminada. Organizan patrullas nocturnas e implementan campañas de educación pública con el fin de sensibilizar a la población. La muerte de un guardabosques el año pasado parece haber activado el esfuerzo del gobierno tailandés que está endureciendo sus leyes.

A falta de instalar más cámaras, se estima que podrían haber entre 20 y 50 tigres en toda la selva.

elmundo

Hace poco nos ¡hacíamos eco del tigre de Indonesia y la reducción de su habitat, los científicos ponen cámaras para verles contarles, estudiarles al fin y al cabo y se necuentran con ellos y con cazadores, gente que trafica con los animales, el gobierno del lugar debe velar por sus habitantes