Los habitantes del pueblo italiano de Falciano de Massico, a 50 kilómetros de Nápoles, tienen prohibido morirse. Así lo ha decidido el ayuntamiento de la localidad al aprobar una ordenanza municipal al respecto. El que muera, según la ordenanza, "pagará las consecuencias".
La iniciativa se debe al alcalde, Giulio Cesare Fava, que ha optado por esta medida al carecer el pueblo de su propio cementerio. Antes de convertirse en un ayuntamiento independiente, en 1964, la localidad compartía el cementerio común con la localidad vecina de Carinola.
"El error se produjo cuando quien llevó a cabo la división del territorio no se dio cuenta de que debía incluir también una parte del cementerio", explica el alcalde.
Según comentan los vecinos, que se muestran contentos con la iniciativa, construir un cementerio nuevo o agrandar el que ya existe es una hipótesis inviable debido a que el pueblo no dispone de los recursos económicos necesarios para ello.
Dos 'desobedientes'
En el futuro, el alcalde tiene previsto seleccionar con la ayuda de ingenieros las tierras más adecuadas para el cementerio y resolver los asuntos legales que siguen pendientes tras su separación.
Desde que fue anunciada la ordenanza, dos ciudadanos (de unos 4.000) han violado la regla y han muerto.
eitb
No hay edfucación, si está prohibido morirse hay que cumplir la orden, desde luego que los políticos no están bien y así nos va
2 comentarios:
el que no cumpla a la nevera, por falta cementerio
¿Será fiesta el 1 de Noviembre en esa localidad?, saludos anónimo
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