Cuentan que Isis emprendió una azarosa búsqueda de su esposo y hermano Osiris cuando el dios de la resurrección murió, sumergido y ahogado en un sarcófago regalado por su enemigo y también hermano, el tenebroso Set. El heroico viaje de una viuda inconsolable en busca de los restos de la divinidad resuena en la aventura de la recién publicada Lista Roja de objetos del patrimonio egipcio en peligro de sucumbir a manos de ladrones astutos, marchantes desalmados y autoridades negligentes.
En sus 11 páginas, el catálogo publicado por el Consejo Internacional de Museos (ICOM, por sus siglas en inglés) exhibe las piezas que con mayor frecuencia están en el punto de mira de los modernos seguidores de Set, como solía denominarles el mediático arqueólogo Zahi Hawas durante sus años al frente del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio. Su sucesor, Mustafa Amin, explica a ELMUNDO.es que el documento no contiene las piezas expoliadas sino "ejemplos de objetos similares que pueden circular por los aeropuertos del planeta".
Como la tarea de Isis -que debió reconstruir el cuerpo de su esposo despedazado y esparcido por todo el país-, el patrimonio de la tierra de los faraones afronta su propia hazaña: Reunir los fragmentos expoliados al calor de la revolución de principios de 2011 y reactivar la campaña internacional inaugurada hace una década que permitió recuperar más de 5.000 objetos robados.
El legado de siete milenios, en peligro
El inventario –similar al empleado en Irak, Afganistán, Perú o Haití- transita la fértil historia egipcia. Las épocas predinástica, faraónica y nubia (5.200-332 a.C.), grecorromana (332 a.c. – 395 d.C.), copta (Siglo IV-VII d.C) e islámica (640 – 1805 d.C.) se suceden con una concisa presentación de sus tesoros.
En sus páginas –destinadas a profesionales del arte y la policía-, hay espacio para pequeñas estatuas de divinidades en bronce, cuarzo, granito o cerámica; momias humanas y animales envueltas en vendas, en papel maché decorado y ataúdes de madera o estelas pintadas con la vida diaria y el boato de ceremonias reales.
En el apartado dedicado al período de conquistadores griegos y romanos, los expertos destacan las vasijas de cerámica, loza o calcita, las monedas de bronce, plata y oro acuñadas con la efigie de emperadores o dioses y las mascaras funerarias. Un legado que hereda la era cristiana copta y talla en relieves con motivos florales, cruces o figuras humanas y perfecciona en cuadros que relatan escenas bíblicas o estampas de santos. La lista también menciona manuscritos en árabe o copto, una lengua casi extinguida que fue clave para descifrar los jeroglíficos y reducida hoy a la liturgia cristiana.
Con su cerámica de motivos geométricos, sus joyas a base de piedras preciosas y su caligrafía tallada en espadas y jarrones, la época islámica cierra el itinerario a través de un patrimonio amenazado por el mercado negro, las excavaciones clandestinas, el robo de almacenes y museos públicos y la existencia de antigüedades que aún no han sido inventariadas. "Esta lista roja de urgencia ayudará a todos aquellos que, dentro y fuera de Egipto, están involucrados en la protección del patrimonio cultural egipcio, aumentando la prevención y reduciendo el tráfico ilícito y la exportación de bienes culturales", sostiene Julien Anfruns, director general del ICOM.
Lucha para recuperar el patrimonio
En el relato mitológico, Isis logra reanimar a su esposo para concebir a Horus, su heredero. En el mundo de los mortales, las autoridades egipcias –que administran una complicada transición- tratan de hallar las varias miles de piezas que desaparecieron durante las hogueras revolucionarias. "Se han encontrado hasta 700 objetos en un almacén propiedad de un comerciante turco en una ciudad cercana a El Cairo", ilustra Amin, tranquilo con la tecnología que protege los espacios museísticos del país. "El expolio se produjo en ataques puntuales", precisa.
Uno de los éxitos recientes del Gobierno egipcio ha sido conseguir la devolución de ocho piezas faraónicas que la policía de Barcelona requisó en septiembre de 2010 en varios anticuarios de la ciudad. El material, de piedra caliza, procede de la tumba de Eimb Hur, uno de los funcionarios más notables de la VI dinastía, en Saqara, la gran necrópolis de la antigua capital de Egipto, Menfis. Según Amin, el regreso de las antigüedades –sustraídas ilegalmente en 1999- será realidad muy pronto. "Acudiré personalmente y haremos una ceremonia de entrega en Barcelona".
elmundo
Es mucho lo que hay de Egipto y es mucho lo que hay que conocer así que hacen bien en catalogar y dar a conocer este material robado o susceptible de serlo, es patrimonio de la humanidad
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