Se llama José Salvador Alvarenga, tiene 37 años y desde finales de 2012 permanecía perdido en aguas del Pacífico Sur. Al menos eso es lo que ha contado él mismo tras ser rescatado hace unos días por un grupo de lugareños en un remoto atolón de las Islas Marshall.
"Acababa de matar a un pájaro para comer cuando vi algunos árboles. Empecé a llorar. ¡Oh Dios!”, de esta forma relataba al diario de The Telegraph el momento en que el avistó tierra por primera vez. “Llegué y como tenía muchísimo sueño me quedé dormido. Por la mañana cuando me desperté vi a dos mujeres gritando”.
Aunque en un principio se dijo que era de nacionalidad mexicana, más tarde se ha podido confirmar que en realidad es salvadoreño, y pescador de profesión, este Robinson Crusoe del siglo XXI, ha contado que partió de su país en diciembre de 2012 a bordo de un barco de siete metros en una expedición cuyo objetivo era pescar tiburones en aguas de El Salvador. Le acompañaba otro pescador, Ezequiel, que murió cuatro meses después.
A pesar de la terrible experiencia que ha vivido se encuentra bien. Los sanitarios que le atienden en el hospital de Majura, la capital de las Islas Marshall, han explicado que sólo tieneun edema, "quizás crónico" y está deshidratado. Se le han tomado muestras de sangre para determinar con mayor precisión su estado de salud.
Aunque varios aspectos siguen siendo confusos, Alveranga contó muchos detalles sobre su terrible "aventura". Según su testimonio, el mismo día que salió a navegar con su compañero, el barco se estropeó. Aunque durante las primeras horas permanecieron cerca de la costa, pronto las aguas del Pacífico le arrastraron mar adentro. “Yo no sabía ni la hora que era, ni el día, ni la fecha- dijo- Yo sólo sabía que era de día o de noche. Nunca vi tierra”.
El pescador ha explicado que sobrevivió alimentándose de pájaros, tortugas y pequeños tiburones. También ha relatado que bebía la sangre de tortugas e incluso su propia orina en épocas sin lluvias.
Aunque reconoce que tras la muerte de Ezequiel llegó a pensar en quitarse la vida, inmediatamente desechó esa idea. “No podía hacerlo”, confesó. Rezar le ha ayudado a mantenerse sin miedo durante todo este tiempo. “Tenía mi mente en Dios. Pensaba que si iba a morir yo estaría con Dios, así que no estaba asustado”, aseguró.
El jefe de inmigración de las Islas Marshall, Damien Jacklick confirmó que las autoridades aún estaban reuniendo información y el departamento de Asuntos Exteriores está realizando gestiones para llevar a cabo su repatriación.
hola
Una historia increíble ya que parece imposible que no se dehidratara en ess consiciones tanto tiempo pero me gustaría que se comprobara ya que no debe ser muy difícil pues él faltará desde entonces
"Acababa de matar a un pájaro para comer cuando vi algunos árboles. Empecé a llorar. ¡Oh Dios!”, de esta forma relataba al diario de The Telegraph el momento en que el avistó tierra por primera vez. “Llegué y como tenía muchísimo sueño me quedé dormido. Por la mañana cuando me desperté vi a dos mujeres gritando”.
Aunque en un principio se dijo que era de nacionalidad mexicana, más tarde se ha podido confirmar que en realidad es salvadoreño, y pescador de profesión, este Robinson Crusoe del siglo XXI, ha contado que partió de su país en diciembre de 2012 a bordo de un barco de siete metros en una expedición cuyo objetivo era pescar tiburones en aguas de El Salvador. Le acompañaba otro pescador, Ezequiel, que murió cuatro meses después.
A pesar de la terrible experiencia que ha vivido se encuentra bien. Los sanitarios que le atienden en el hospital de Majura, la capital de las Islas Marshall, han explicado que sólo tieneun edema, "quizás crónico" y está deshidratado. Se le han tomado muestras de sangre para determinar con mayor precisión su estado de salud.
Aunque varios aspectos siguen siendo confusos, Alveranga contó muchos detalles sobre su terrible "aventura". Según su testimonio, el mismo día que salió a navegar con su compañero, el barco se estropeó. Aunque durante las primeras horas permanecieron cerca de la costa, pronto las aguas del Pacífico le arrastraron mar adentro. “Yo no sabía ni la hora que era, ni el día, ni la fecha- dijo- Yo sólo sabía que era de día o de noche. Nunca vi tierra”.
El pescador ha explicado que sobrevivió alimentándose de pájaros, tortugas y pequeños tiburones. También ha relatado que bebía la sangre de tortugas e incluso su propia orina en épocas sin lluvias.
Aunque reconoce que tras la muerte de Ezequiel llegó a pensar en quitarse la vida, inmediatamente desechó esa idea. “No podía hacerlo”, confesó. Rezar le ha ayudado a mantenerse sin miedo durante todo este tiempo. “Tenía mi mente en Dios. Pensaba que si iba a morir yo estaría con Dios, así que no estaba asustado”, aseguró.
El jefe de inmigración de las Islas Marshall, Damien Jacklick confirmó que las autoridades aún estaban reuniendo información y el departamento de Asuntos Exteriores está realizando gestiones para llevar a cabo su repatriación.
hola
Una historia increíble ya que parece imposible que no se dehidratara en ess consiciones tanto tiempo pero me gustaría que se comprobara ya que no debe ser muy difícil pues él faltará desde entonces
4 comentarios:
Parece increible pero yo me lo creo, en estos tiempos en que parece que todo puede ser controlado, alguien va y se pierde.
Saludos
La verdad es que la historia parece muy rara.
Un abrazo silvo.
Parece que es cierto jaal, saludos
Es rara, sí, aún no perdemos la capacidad de asombro, un abrazo Rafa!
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