Hace algunas noches, un imponente Porsche blanco estacionó en una tranquila calle de la ciudad china de Shaoxing, Como suele ocurrir con este tipo de autos, todos los que pasaban por allí se detuvieron a mirarlo. Fue entonces cuando su dueño un joven “tuhao” (los nuevos ricos chinos) bajó del Porsche y desplegó una manta en la vereda, para armar un improvisado puesto callejero de venta de pañuelos.
Los transeúntes quedaron tan desconcertados que no pudieron dejar de preguntarle qué estaba haciendo. Fue entonces cuando él explicó: “Vendo pañuelos aquí sólo para ganar dinero para comprar gasolina para mi coche”. Más tarde dijo a los periodistas que lo entrevistaron que si bien sus padres le habían regalado un coche caro, no creía que era correcto pedir dinero para la gasolina
Es por eso que se asoció con una amiga para crear un pequeño negocio ilegal de venta callejera. Ella dijo además que no solo lo hacían para poder llenar el tanque del Porsche, sino que también estaban “interesados en adquirir experiencia en el espíritu empresarial y de negocios”.
periodismo
Si sus padres le pudieron comprar ese coche también podrán darle para gasolina pero él al m,enos intenta sacar para ello, quizás quieran que tenga iniciativa
6 comentarios:
Ojalá . Besos.
Eso, besines Amapola!
Que situación tan extraña, la compra de ese coche no fue muy buena idea por parte de los padres. Cada uno debe elegir su coche en función de sus posibilidades, tener un Porche y no tener para gasolina no es lógico
Es que tengan dinero para comprarlo y no para gasolina parece de chiste, saludos Boris
No parece lógico, pero...
Besos
Es lo que hay jaja, besines Verónica!
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