martes, 6 de enero de 2009

El camarero que encargó una mariscada a la que nadie fue, absuelto porque no se lucró

Esta es la mariscada preparada ya

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha absuelto a Carlos G. G., el camarero acusado de haber encargado una mariscada para 37 comensales y valorada en 3.000 euros a sabiendas de que no iba a ir nadie, ya que todo era un embuste. El tribunal considera que, independientemente de que haya quedado probado que engañó a los propietarios de Casa Falo, en San Cristóbal, no buscaba un lucro patrimonial, el requisito imprescindible para que se pueda hablar de un delito de estafa. Tampoco estima que se haya producido un delito de daños, ya que el ahora absuelto no ejerció acción directa alguna para inutilizar, destruir o deteriorar la mercancía. Carlos G. G. se enfrentaba a un asunto serio. En la vista del pasado 18 de diciembre, el fiscal pidió para él una condena de un año y nueve meses por estafa, y la acusación particular, ejercida por los dueños de Casa Falo, bajo la dirección letrada de Juan Carlos Payer Rodríguez, elevaba su solicitud de pena a seis años de prisión. Estas dos acusaciones solicitaban, además, indemnizaciones por poco más de 6.000 euros, la mitad por el coste del marisco preparado para la «cena fantasma» -«de auténtica gala por la calidad y la cantidad de los productos a servir», según reza la sentencia- y el resto por el dinero que dejaron de ganar los propietarios del restaurante, que, para más escarnio, habían cerrado el local esa noche y habían rechazado a varios clientes habituales que querían comer. El tribunal ha terminado dando la razón en todos sus términos al abogado defensor, Luis Antonio Olay Pichel, que mantuvo en la vista que los hechos no podían considerarse en ningún caso como una estafa, al no haberse lucrado el acusado con cantidad alguna. Y también descartaba un delito de daños. La acusación particular había sostenido, sin mucha convicción, que el «lucro» no era otro que el daño moral y económico causado a los propietarios del restaurante, con los que, por otro lado, siempre había tenido una buena relación. Payer llegó a señalar que el falso encargo no era otra cosa que una elaborada venganza, porque los dueños del local, que contrataban al acusado los fines de semana, no le habían pagado un día. Aunque lo absuelve, el tribunal no evita calificativos a la hora de caracterizar la actitud de Carlos G. G. «Las explicaciones que da el acusado no se sostienen, por ilógicas y absurdas, pues no puede querer convencer al tribunal de que él era una mera correa de transmisión del interés en la reserva de un ignoto pintor y de unos ignotos médicos cuya existencia fue incapaz de probar, como sería natural si fuese verdad esa actuación», señala la sentencia.


lne


¿Recordáis el caso del que pidió casi un millón de pesetas en marisco a un restaurante para vengarse?, pues sale absuelto, no es estafa, de acuerdo pero sí hay daños ¿cómo no los va a haber?, es que lo de los jueces es increible y eso que reconocesn que las escusas del acusado no se sostienen, quiero justicia ya que esto me parece injusto, no se puede actuar como este tipo ha hecho y no se debe de ir de rositas

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo personalmente si necesitara un abogao a ese que llevo este caso no lo contraria nunca, porque ya sabia la desproporcion de lo que pedia

silvo dijo...

Anónimo que con ese abogado ha salido absuelto, me parece que lo has entendido al "verrés" jaja.Saludos

Anónimo dijo...

ME REFERIA AL ABOGADO DE LA ACUSACION JAJAJAJA

silvo dijo...

Jjajaj ya lo sabía, perdona la broma anónimo jaja, me lo pusiste como dicen aquí " a huevo", saludos
:-)

pro_magicalonso dijo...

Si lo recuerdo y de buena se ha librado, pero no creo que ya después de esto se le vuelva a ocurrir hacer algo como esto. ¿pero quien les devuelve todo a los que sufrieron esto? la sentencia creo que no es justa. Un abrazo

silvo dijo...

No me parece nada justa, pro_mágica gracias por tus comentarios

Un abrazo