Un equipo con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha diseñado un nuevo sistema capaz de detectar y localizar incendios de forma temprana y con una tecnología de bajo coste. La red de vigilancia, denominada Wi‐FLIP, está basada en una serie de chips o sensores de visión inteligente capaces de analizar los cambios en la intensidad luminosa y de distinguir el humo de otros fenómenos del paisaje.El desarrollo, publicado en el 'International Journal of Wildland Fire', ha sido diseñado por investigadores del Instituto de Microelectrónica de Sevilla (CSIC‐Universidad de Sevilla), la Universidad de Sevilla y el Plan INFOCA de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
El prototipo se probó con éxito en 2011 y 2012 en los montes de las Navas‐Berrocal, en Almadén de la Plata (Sevilla). El sistema detectó los incendios provocados de manera controlada a una distancia de unos 150 metros, no se produjeron falsas alarmas y el máximo tiempo empleado para la activación de la alarma fue de seis minutos.
Los sistemas de vigilancia actuales están basados en cámaras de visible o termográficas que monitorizan grandes extensiones de terreno, lo que incrementa el número de falsas alarmas. "La novedad de nuestro sistema es que incorpora un algoritmo capaz de distinguir el humo y diferenciarlo del movimiento de las nubes, la vegetación o la fauna. También se adapta a la variación de las condiciones de iluminación a lo largo del día", explica Jorge Fernández Berni, investigador del Instituto de Microelectrónica de Sevilla.
El sistema se puede describir como una cámara inteligente inalámbrica instalada sobre un soporte y conectada a un pequeño panel solar. Además incorpora un microprocesador y un transceptor para enviar y recibir información vía radio.
Su funcionamiento consiste en asignar a cada módulo Wi‐FLIP un área de vigilancia de corto alcance, de tal forma que si en una región se produce un incendio, el módulo usa la red de sensores para enviar vía radio la señal de alarma a la estación de extinción más próxima, así como una fotografía que permite dimensionar los medios que se necesitan para sofocarlo.
"Lo que hacen los sensores es básicamente analizar la dinámica espacio‐temporal del humo, es decir, qué forma tiene cuando aparece sobre un fondo de vegetación y la velocidad con la que se mueve. Esto se traduce en una serie de parámetros que vamos analizando progresivamente conforme aparece movimiento en la escena", detalla el investigador.
elmundo
Mientras el CSIC no sabe si subssitirá con las pequeñas asignaciones que le da el Gobierno, los científicos siguen trabajando y alcanzando objetivos como puede ser este sistema de alerta antiincendios tan importante para la sociedad actual que llega el verano y dan ganas de llorar viendo el desastre ecológico que nos espera
El prototipo se probó con éxito en 2011 y 2012 en los montes de las Navas‐Berrocal, en Almadén de la Plata (Sevilla). El sistema detectó los incendios provocados de manera controlada a una distancia de unos 150 metros, no se produjeron falsas alarmas y el máximo tiempo empleado para la activación de la alarma fue de seis minutos.
Los sistemas de vigilancia actuales están basados en cámaras de visible o termográficas que monitorizan grandes extensiones de terreno, lo que incrementa el número de falsas alarmas. "La novedad de nuestro sistema es que incorpora un algoritmo capaz de distinguir el humo y diferenciarlo del movimiento de las nubes, la vegetación o la fauna. También se adapta a la variación de las condiciones de iluminación a lo largo del día", explica Jorge Fernández Berni, investigador del Instituto de Microelectrónica de Sevilla.
El sistema se puede describir como una cámara inteligente inalámbrica instalada sobre un soporte y conectada a un pequeño panel solar. Además incorpora un microprocesador y un transceptor para enviar y recibir información vía radio.
Su funcionamiento consiste en asignar a cada módulo Wi‐FLIP un área de vigilancia de corto alcance, de tal forma que si en una región se produce un incendio, el módulo usa la red de sensores para enviar vía radio la señal de alarma a la estación de extinción más próxima, así como una fotografía que permite dimensionar los medios que se necesitan para sofocarlo.
"Lo que hacen los sensores es básicamente analizar la dinámica espacio‐temporal del humo, es decir, qué forma tiene cuando aparece sobre un fondo de vegetación y la velocidad con la que se mueve. Esto se traduce en una serie de parámetros que vamos analizando progresivamente conforme aparece movimiento en la escena", detalla el investigador.
elmundo
Mientras el CSIC no sabe si subssitirá con las pequeñas asignaciones que le da el Gobierno, los científicos siguen trabajando y alcanzando objetivos como puede ser este sistema de alerta antiincendios tan importante para la sociedad actual que llega el verano y dan ganas de llorar viendo el desastre ecológico que nos espera
4 comentarios:
Por lo menos la ciencia esta a favor de conservar la naturaleza.
Un beso¡¡
Menos mal, silvo¡¡
Cierto Amapola Azzul, la necesitamos, besos!
Bueno por lo menos todavía hay alguien que se preocupa por conservar lo que sería un crimen perder, ya que los estadistas no lo hacen.
Un abrazo silvo.
Eso es Rafa, muy acertado comentario, un abrazo!
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