viernes, 17 de mayo de 2013

La dueña de la tierra donde se estrelló el Yak-42 la deja en herencia a las víctimas


Las familias de los 62 militares fallecidos en el accidente del Yakolev-42 ocurrido hace diez años en el monte Pilav de Trabzon (Turquía) han heredado la tierra donde tuvo lugar el suceso.
Fatma Karahan era la propietaria del terreno donde se estrelló el avión en un accidente en el que fallecieron 75 personas, doce tripulantes ucranianos, un bielorruso y 62 españoles que regresaban de su misión de paz en Afganistán.
Fatma poseía la finca 'Hasretlik kuzularim', de cinco hectáreas, dentro del monte Pilav, que tras su muerte a sus 82 años el mes de enero pasado, víctima de un cáncer, heredó usufructuariamente su marido, Abdülkadir Karahan, de 86.

Sin embargo, ella antes de morir escribió en su testamento que esa tierra fuese donada, tras su muerte, a las familias de los soldados españoles. En sus últimos momentos de vida, relatan, miraba desde su ventana a la tierra donde fallecieron los militares y lloraba recordando la tragedia que vivió en primera persona.
Recordaba cómo año tras año, los familiares de las víctimas o autoridades españolas acudían al lugar a conmemorar su aniversario, al mismo lugar del accidente donde se sitúa un monumento en su recuerdo, y dentro de su propiedad.
Ella dijo antes de morir: "Lloro con ellos en este suelo. El avión que transportaba a los ángeles cayó a mi corazón. No voy a vender algo de mi propiedad, que desde hace más de diez años no puedo olvidar, que su sangre recorre esa tierra. Esa fue su tumba. Mi único deseo es que cualquiera pueda volver a esta tierra, gracias a sus familias".
Desde aquel 26 de mayo de 2003 nada fue igual para Fatma, y el siniestro marcaría sus últimos días de vida, aseguran. Recordó cómo "sus cenizas, en las montañas de Maçka, fluyeron como si fuesen sus hijos... Cada vez que lo recordaba se ponía a llorar".
Fatma, madre de ocho hijos, tuvo que explicarles la primera cesión de terreno para construir el monumento memorial. Ellos aceptaron su decisión. Hace años que reciben altas cifras de dinero por comprar esta tierra a más de 2.100 metros de altura. Sin embargo, los ancianos decían que el dinero no era más que pan, y allí ya había sido derramada demasiada sangre.
Los ancianos vivían a cinco kilómetros del lugar del accidente, pero a pesar de ello visitaban con asiduidad el lugar para depositar flores. Su marido, Abdülkadir Karahan, ha dicho: "Queda a las familias españolas la concesión de sus tierras como una buena acción. Vengo a llorar. Aquí hay sangre de esos jóvenes y este es su lugar".
Ahora el marido ha ejecutado en el Ministerio de Hacienda turco lo declarado por Fatma. El Ministerio se hizo cargo de la tierra, que ahora deberá donar a las familias de las víctimas mediante la Embajada de España, con la que ya se ha puesto en contacto.
La noticia apareció el mes pasado en multitud de medios turcos, y ayer gracias a un contacto en la embajada, la Asociación de Familiares de las Víctimas del Yak-42 conoció este "precioso gesto", que agradecen profundamente.

elmundo

Lo de este matrimonio, y sus hijos, es para recomciliarse con el mundo, murieron en esa tierra y la misma pasa a ser más que un recuerdo, espero que España sea digna de estas gentes y les reconozca esta demostración de humanidad, Fatma Karahan y Aldülkadir Karahan os doy las GRACIAS en nombre de España y de la humanidad (Las gracias no son solamente por este gesto si no por como habéis vivido esa tragedia), es un orgullo compartir ser humanos con vosotros

6 comentarios:

Rafa Hernández dijo...

Desde luego que el gesto es muy bonito, y mucha gente debería tomar nota de la decisión tan hermosa de estas personas.

Un abrazo amigo.

silvo dijo...

Sin duda Rafa, tenemos esperanza mientras haya gente que aún sabe qué es lo verdaderamente importante, un abrazo amigo!

Verónica O.M. dijo...

Hermoso gesto.
Besos

silvo dijo...

Precioso, una maravilla de e, besos y buena noche Verónica!

Amapola Azzul dijo...

sí, es importante. Abrazo.

silvo dijo...

Me encantan estas noticias ya que son muy, pero que muy, `positivas, besos Amapola Azzul!